Hace unos años ya tuvimos nuestros momentos con la Wii, en las últimas fechas algunas de aquellas han ido cayendo progresivamente. Que si uno actualiza la consola «sin querer», que si el juego X no funciona, que si la consola de repente no arranca.
Un suplicio por momentos cuando te encuentras cuatro años después con un marrón tras de otro.
Un semibrick, un arranque a medias, mensaje de inicio, presionas A y el negro infinito se apodera de tí, ciertamente es el sudor frío el que lo hace. O un brick completo, de esos que no hace nada, cero patatero.
En las ocasiones que ha habido problemas serios ha sido siempre tras una actualización con un nuevo juego o de forma intencionada tras configurar la wifi en la consola y aceptar el mensaje que, meses atras, advertí no aceptaran.